Ya sabemos que los motores de búsqueda eran, hoy en día, buscadores de reputación utilizados por clientes y empresas de la competencia para plasmar su opinión sobre un producto o servicio, echar por tierra la campaña de marketing de una compañía con comentarios maliciosos o encontrar información antes de realizar una transacción comercial.

La huella digital es un quebradero de cabeza para muchos negocios que ven cómo se reproducen los mensajes negativos sobre sus servicios y creen que no es posible controlarlos. Sin embargo y a pesar de que internet se ha convertido en un foro de intercambio de experiencias en tiempo real donde la libertad de expresión campa a sus anchas (salvo conocidas excepciones), la buena noticia es que gestionar la reputación online y usarla en beneficio de la empresa es posible.

La fase de monitorización es el primer paso para gestionar la reputación online. Se trata de indagar en la red con el objetivo de localizar, analizar y registrar la cantidad y naturaleza de comentarios sobre la empresa, tanto positivos como negativos. Esta fase es un ejercicio de autoevaluación, que también debe incluir un análisis de la usabilidad de la web, posicionamiento en buscadores y enlaces relacionados.

Una vez recopilados todos estos datos, lo más recomendable es organizarlos en un informe donde deben recogerse acciones correctivas en función de los problemas detectados. Estas actuaciones pueden incluir la optimización del sitio web, estrategias de posicionamiento natural (SEO), campañas de SEM, linkbuilding y generación de contenido de calidad en foros, blogs y portales afines, que deben complementarse con una correcta labor de buzz marketing.

Es precisamente el buzz marketing (el boca a boca del mundo empresarial)  y la generación de ruido en torno a la marca el mejor aliado para corregir, mejorar o consolidar la reputación online de una empresa, mediante la figura del community manager, que ejerce como portavoz, auditor y defensor de la marca en la esfera digital y, más concretamente, en las redes sociales. Una óptima labor de community management garantiza una reputación online controlada y debidamente gestionada mediante un adecuado aprovechamiento de las redes sociales, la interacción cercana (y sobre todo continuada con el target) y la corrección de mensajes negativos.

Si a todo ello le unimos los tres pilares fundamentales que deben regir la gestión de cualquier negocio (transparencia, coherencia y honestidad) tendremos la fórmula para mejorar la identidad digital de nuestra empresa.

FUENTE: Helena Iñiguez